El efecto Dunning-Kruger: por qué algunas personas hablan con tanta seguridad sin saber
¿Qué es el efecto Dunning-Kruger?
El efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo por el cual las personas con bajo nivel de conocimiento o habilidad tienden a sobreestimar sus capacidades, mientras que quienes dominan un tema suelen subestimarse. Es decir: los que menos saben creen saber más de lo que saben, y los que más saben tienden a pensar que su conocimiento es “lo normal”.
El origen: del zumo de limón al laboratorio
El término surge en 1999, cuando los psicólogos David Dunning y Justin Kruger estudiaron cómo evaluamos nuestra propia competencia. Inspirados por el caso de un ladrón que se untó zumo de limón en la cara creyendo que sería invisible a las cámaras (porque el limón se usa como tinta invisible), sometieron a estudiantes a pruebas de lógica, gramática y humor.
El resultado fue claro: los participantes con peor rendimiento tendieron a sobreestimar sus resultados, mientras que los más competentes tendieron a infravalorarse. En otras palabras, a menudo no tenemos las habilidades necesarias para reconocer nuestras propias carencias.
Ejemplos cotidianos del efecto Dunning-Kruger
- Redes sociales y tertulias: opiniones tajantes sobre medicina, política o economía sin base técnica.
- Ámbito académico: estudiantes que, al empezar un tema, creen entenderlo todo hasta que profundizan.
- Trabajo y empresa: decisiones tomadas por personas muy seguras pero poco preparadas.
Consecuencias: cuando la seguridad pesa más que la evidencia
Este sesgo afecta a la toma de decisiones, erosiona la colaboración y facilita la difusión de pseudociencia. En lo personal, puede llevarnos a no pedir ayuda, y en lo profesional, a bloquear la mejora continua por exceso de confianza.
Cómo evitar caer en el efecto Dunning-Kruger
- Autocrítica informada: acostúmbrate a cuestionar tus propias conclusiones y pide evidencias.
- Feedback externo: solicita retroalimentación de personas con más experiencia y escúchala de verdad.
- Aprendizaje continuo: actualiza tus conocimientos y acepta que “no saber” es el punto de partida para aprender.
- Humildad intelectual: la seguridad no equivale a conocimiento; valora la duda razonable.
Conclusión
El efecto Dunning-Kruger nos recuerda dos aprendizajes clave: desconfiar de la seguridad excesiva sin base y no infravalorar lo que sí sabemos. La sabiduría práctica consiste en mantener una mente abierta: aprender siempre, cuestionar nuestras certezas y tomar decisiones con fundamento.